Soñando con ilusiones hechas de espuma y malas pasadas
Solo se consigue amanecer triste y con la almohada mojada.
Llorando laberintos hechos por jinetes cerebrales
Que dirigen nuestra mente hacia el rencor, y esos males…
Males de cal, males de sequedad
Sequedad que no se humedece con lágrimas
Soledad que en su aridez quema
Soledad que asola a solas tantas ánimas cómo mi alma
Y si mis pensamientos son espuma,
De la efervescencia de mi mente lúcida.
Por qué me preguntas cómo de blanca cal,
Y etérea espuma, es el aura que me envuelve,
mi yugo, mi túnica.
Recuerdo perfectamente cuando y cómo escribí esto. El momento... prefiero no recordarlo, pero el como fue un intento de explicación de como esa soledad que siempre nos acompaña a veces se nota, se siente e incluso se percibe de un modo casi físico. La espuma, los pensamientos que siempre atraviesan mi cabeza, y la cabeza de la mayoria de la gente es la única humedad, lo único que puede con la sequedad de la soledad a veces, y esto es solo un burdo intento de representarlo. Esa dualidad para mi es necesaria, y aunque ya no sienta esa soledad o esa angustia casi nunca. Desde luego no tan frecuentemente como antaño la sigo incluyendo como algo necesario en mi modo de vida. Todos necesitamos estar solos de vez en cuando. Como todos necesitamos esa concentración de pensamientos por mucho que a veces dieramos lo que fuera por desconectar la mente...
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