miércoles, 20 de abril de 2011

...

En la mediocridad descansa el amante de la desidia
el que no halló motivación ni en los cuerpos ni en las almas
el que ama con pausa, cuando ama
el del amor insípido, sin llama.
No seré nunca centro de miradas
ni me bañaré en las turbias aguas de la fama
Pero mientras al ver unos grandes ojos de mujer mirarme fijamente a la cara
y sienta como cualquier soledad o vacío escampa
viviré mil vidas, recordaré todos los sueños
y me enredaré en mil besos con la mirada.

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