jueves, 5 de febrero de 2015

Declaración de ambiciones

Quiero hablar con alguien que ya sepa todo lo que yo se y que sea amable. Quiero mirar a los ojos a quien haya visto toda la maldad del mundo y aun así refleje esperanza. Quiero compartir con quien luche por todos aquellos olvidados y aun así tenga tiempo para mí. Deseo mirar a la cara a alguien plenamente consciente de su existencia y que aun así decida vivirla sin delirios de grandeza y en amor con sus semejantes. ¿Cómo debe ser hablar con quien se emocione con la literatura, la música y los sentimientos de tantos creadores convertidos en arte viendo como según habla se le encienden los ojos y las mejillas?. ¿Y que ese ser humano cariñoso, cercano al mundo y consciente de los inmenso del universo te quiera? Compartir tu vida con esa persona, dar sorbos a tazas de té caliente con unas gafas empañadas, mirar al otro y reírse, disfrutando de una tontería en este basto y cruel mundo donde aun así se puede ser feliz queriéndose y haciendo cosas por mejorarlo.
Preocupado por cómo educar a un hijo sin deshumanizarle, preocupado por qué le hará el mundo a algo tan puro y amado y aun así embarcarse en esa personita con quien sabes que será compañera.

Esta es una declaración de ambiciones, quiero esto o nada. Podéis guardaros vuestras medias tintas y amores de príncipes y princesas. Cada media naranja y celos, rencores y reproches.

sábado, 31 de mayo de 2014

Rojo o Negro

Estoy en la biblioteca, ya han pasado un par de horas desde la comida y estoy escuchando acústicos de Editors en el ordenador. Conecto con emociones que me llevan años atrás, escuchando los mismos directos en circunstancias diferentes.
“You came by your own, and thats how you’ll leave”, “The sadest thing i’ve ever seen is smookers outside the hospital doors”…
De vez en cuando me embarga una nostalgia cálida en los días de biblioteca. Agradezco la emoción en días que parecen tan monótonos. La rutina no es monotonía y todo eso, supongo.
Llevo días en que prácticamente solo me dedico a reunir valor para ir a por lo que quiero. Se acabó la búsqueda de los momentos perfectos, mi bastón de ciego se queda en el paragüero y voy a lanzarme. Lanzarme, inmolarme, tirarme desde un sexto porque ella lo dijo, todo forma parte de ese vértigo al que me consagro.
Se acabó el regodearme en tiempos donde yo era como “El Jugador” para volver a serlo. Rojo o Negro y la determinación como única garantía. Me niego a consumirme en la cautela como todos esos razonables, racionales y expectantes cobardes. Adios hermanos, mi traición empieza hoy, recoger las cenizas de mi fracaso como una reliquia que abandere vuestra causa hacia la pasividad.
No podré oíros desde el subsuelo y si consigo el todo o nada tendré los oídos taponados por las alturas.
No cuento con el resurgimiento poético del fénix, después de la inmolación barro mis propias cenizas mientras evito compadecerme en exceso acunado en miles de páginas de libros, una vez desaparece la emoción en las palabras al extinguirse tu voz queda solo la música para dar sentido al tener un órgano auditivo.

En estos momentos pese a saber que existe la inmortalidad no tengo miedo al olvido, mi momento es ahora, la ruleta gira y solo el vértigo mueve lo que digo. 

lunes, 14 de abril de 2014

Evolución

He rescatado un texto que escribí en exámenes hace varios meses, me alegro de que no se haya perdido por su trascendencia personal, aunque ya tenga mis cicatrices es agradable contar con algo así para releerlo.

Cuando inevitablemente me acuerdo, o bien  porque alguien me pregunta por algún día importante o por lo que he aprendido en estos años e inmediatamente pienso en ti; antes quizá sufría.
Antes tenía esa necesidad de vínculo ficticio, después de la ruptura queda el contacto y esa falsa sensación de seguridad que da el saber del otro, asegurarse de no caer en el olvido y seguir unidos aunque sea por los falsamente alegres comentarios por el móvil o entorno a un café con miradas evitativas y sonrisas que tratan de evocar una calidez inexistente.
De verdad que necesitaba ese vínculo, aunque te dijera que no quería hablar y  pasara así meses, yo sabía que había minutos que pensabas en mí, y tu necesidad de acceso era suficiente para mí.

Calibré objetivamente coste/beneficio, qué me aporta mantener el contacto, que a veces hiere cuando es intenso y que enfría el corazón al pasar las horas. No había nada de objetivo en lo que yo creía, diría cualquiera, pero claro que lo había.
Estamos compuestos por esas pulsiones, necesidades y sobresaltos en el pecho del mismo modo que de raciocinio, no contar con ellos es absurdo al tratar de ser objetivos.
Objetivamente yo tenía la necesidad de vínculo y por ello lo mantenía. Es cierto que tenía seguro el no querer volver, sabía que no quería volver a donde no quise irme, y eso me permitía mantenerme cuerdo mientras duraba esa necesidad.

Ahora ya no necesito ese vínculo, como decía, cuando ahora inevitablemente te recuerdo, recuerdo a “La Chica”. Esto quiere decir que recuerdo a la imagen, de carácter múltiple, en algunos aspectos casi místico, trascendental y a veces doloroso, claro.
No necesito mantener el vínculo, ni ser su amigo ni nada en absoluto, ya tengo mis cicatrices, y una parte de ella dentro de mí. Tengo a mi “Ella”, imborrable y etérea.

La real carece de importancia ahora, la veo como veo a una extraña, no reconozco en mí a esa chica con la que de vez en cuando me tomo un café, de la que bebí de su pecho y que posa sonriente en otro país desde la pantalla de mi ordenador.
La conclusión es simple, no son la misma persona. La una está formada por mis proyecciones, deseos, pulsiones, amores extintos y forma parte de la dureza que a veces toma mi rostro. Es parte de las cicatrices de mi frente y la otra no.
Nada me puede aportar ahora salvo malos recuerdos que se extinguen. Antes me enfadaba porque no quisiera venir a exposiciones, música en vivo o hasta a mi habitación. Luego me enfadaba porque quisiera ir a esas exposiciones y a esos locales una vez lo hubiéramos dejado. Me enfadaba porque mis sitios especiales en vez de ser compartidos desde el cariño y el amor fueran “cedidos” para que ella los tome como suyos y los viva con otra gente. Pequeño niño celoso de sus lugares secretos, sí.
Ahora no quiero hacer estas cosas pero por su irrelevancia actual, no es cuestión de que haya otras chicas o nuevos amigos, es cuestión de mi evolución. Tengo mi aprendizaje y con esto basta.

Creo que es la vez que escribo sobre la “Chica” real con menos emoción desde que la conocí, la vida avanza y me reparo, creo que ya estoy listo.

sábado, 5 de abril de 2014

Estados de ánimo

Llevo unos días, unas semanas que lo noto. Noto como se va haciendo fuerte esa sensación pasada. Ese vivir tan familiar de reflexión, quietud, calma y evolución. Es cierto que estoy menos animado, que mente y corazón forman comunión con el propio cuerpo y alma y soy más ajeno a lo exterior. No soy capaz de hablar con algunas chicas, con alguna gente con la atención que se merecen… pero que bien estoy así. Abrazo a este estado como un viejo amigo que vuelve y que en el corazón nunca se fue con Mogwai de fondo.

Los proyectos dejan de estar apartados en el polvoroso rincón del después en mi mente y vuelven al frente. Collage de imágenes en el tablón de mi cuarto, discos en el reproductor, cuadros y teatro…
Los libros nuevos en la mesilla intercalados con los de clase abren una esperanzadora vía de conocimiento y en medio de todo ese torbellino aprieto más fuertemente las riendas de mi día a día.
Hay tiempos más felices, más maniacos donde soy más extrovertido, ligo más y hago todo lo que la juventud espera de mí. Aun así en estos momentos es donde me siento como en casa, los ratos libres solo quiero compartirlos con los buenos amigos, antiguos y nuevos. Muchos otros ratos también solo conmigo, como ahora.

La vuelta a la escritura como una respuesta a un ciclo, un homenaje a una revolución que surge del pecho, vibrando fibras que llegan a mente y manos y produciendo esta catarsis.

Siento no tener tiempo para chicas, salvo para enamorarme. Uno de esos amores de biblioteca o bar que suceden en momentos como este. Me explico, tiempo para pulsiones que surgen de adentro, que empujan, que llenan de mudez y congoja y obligan, exigen tratar de emocionar a esa chica. No soy capaz de dedicarme a nada que salgo de mí, que salga de mi narcisismo o del atractivo de una chica, en estos momentos todo sucede más puro.

Comienzan los: “te veo serio”, “estas rallado”, “te empanas” o un simple “eoo”. 

jueves, 13 de marzo de 2014

El temor de un hombre labio

Se que he estado demasiado tiempo sin escribir, pero después de los exámenes he tenido la impresión de vivir totalmente ocupado. En realidad no son tantas horas de prácticas, el trabajo de fin de carrera no lleva el ritmo que debería... Aun así finjamos que todo ese tiempo se ha dedicado a "cosas útiles para el porvenir".

En el tiempo que he estado malo me ha dado mucho tiempo a leer, acabé "El Nombre del Viento" y "El Temor de un Hombre Sabio". Me encantaron ambos, y aunque sea literatura fantástica y no este acostumbrado a una literatura tan ligera ambos me han gustado. Espero con ansía el tercer libro que cierre la saga.

El caso es que de estos libros no esperaba sacar gran cosa, salvo una historia y un buen ramillete de emociones, que es lo que se suele esperar. Para mi sorpresa he sacado de estos libros reflexiones útiles que me han gustado.

No quisiera hacer Spoiler si alguno tenéis pensado leerlos, así que seré todo lo tangencial que pueda, si lo preferís no paséis de aquí.

El protagonista, cuando explica una chica a sus amigos, que no la conocen utiliza una comparación curiosa. Dice que la chica es cruel, esta palabra es válida para definirla en la misma medida que una tormenta es cruel e inflexible, es algo ajeno al juicio moral humano sobre lo bueno y lo malo, su naturaleza misma le lleva a ser como es y a desencadenar consecuencias esperables ajenas a cualquier tipo de crítica, al menos cualquier tipo de crítica sensata.
Este concepto me gustó mucho, es muy existencialista, recuerda un poco a la mujer de la literatura rusa pero lo expresa con más ternura, con menor crudeza. Es como un romántico definiendo a regañadientes y por necesidad a una mujer "rusa" o del existencialismo francés pero sin creer del todo la historia.
Esa ternura y el hecho de que rozara en mí unas cuantas fibras me gustó.

En otro momento al protagonista, gente sabia de una cultura muy distinta a la suya le dice que pensaban que era un ser amable que a veces tenía momentos sombríos, pero que en realidad la amabilidad y la predisposición positiva son una máscara de algo horrible que hay debajo. No saben quien es quien, el ser calculador les atemoriza y no son capaces de mantener la tranquilidad pensando en la dualidad.
Es la necesidad de simpleza y de clasificación absurda del hombre. Se teme lo desconocido, y si lo desconocido demuestra cierta inteligencia se le teme con mayor intensidad, pues posee la capacidad de ser más peligroso.

En otro momento del libro, una joven atractiva que le conoce le dice: tienes grandes cualidades, tienes encato, eres guapo, tienes mucha labia... pero ni loca estaría contigo. Hay algo que me dice que si estuvieras conmigo acabarías abandonándome, no te quedarías a mi lado, llegaría el día en que te cansarías y te irías.

A que se debe esa falta de estabilidad que proyecta, a sus múltiples facetas? quizá sea algo que se sienta solo en la mirada.

Soy uno de esos miles que se identifica con aspectos de un personaje de un libro de moda, se que el personaje con tanto carisma está hecho para eso pero no me importa. Ya forma parte de ese pequeño grupo de personajes creados por autores a los que admiro que me han suscitado algo por dentro, y eso es algo que no se diluye por su vulgaridad o por su sencillez.

Si no he elegido algún libro más pomposo ha sido porque este es el último libro que he leído y porque se que a algunos de vosotros os habrá movido cosas parecidas.

PD: hay quien quizá me entienda cuando diga que cuando se ha conocido la naturaleza pura, azarosa, amable y tantas veces destructiva de la tormenta se necesita de una agitación enorme para sentir de nuevo temblar los cimientos. No es tanto ser capaz de aguantar el temporal, sino de una necesidad de naturaleza en estado puro similar en el futuro, hay pocas cosas mas insensatas, lo se.

miércoles, 29 de enero de 2014

Enamoramiento

Llevo unos días de biblioteca donde me enamoro prácticamente a diario. Si, estoy hablando de amor. Hablo de acercarme a esa chica, de prometerla cielo, tierra, cosmos, universo y una bolsa de chetos y cumplirlo. Hablo de Querer, comprender, cuidar y compartir mi vida entera sin saber cómo se llama.

Me ha pasado 2 veces ya, la primera mucho más fuerte que la primera, os pondré en situación.

Estaba escuchando a Julia Holter en KEXP, algunos de sus temas con su voz, su cara y sus GAFAS DE PASTA y de repente la vi.
En la mesa de enfrente estaba una chica preciosísima estudiando, con sus gafas de pasta y su cara de aburrimiento totalmente ajena a mi mirada. Me quedé embelesado durante minutos, ella se levantó y se sentó en un sofá cercano donde se quedó dormida. Era ternura, un manantial especial y apartado de todo de ternura infinita. Ya me diréis qué es en comparación con un manantial de ternura infinita unos apuntes sobre el tratamiento de la anorexia nerviosa en hospital infantil.
Pasé más de una hora pensando qué decirle, cómo decírselo, buscando esos auto-impuestos y ajenos "momentos perfectos".
Cuando aún seguía elaborando la frase en mi cabeza, y mis amigos me presionaban para que me levantara a decirle algo ella se levantó, se puso el abrigo de manera coqueta mientras me miraba y se fue.
Me lo tomo a broma, sé que es absurdo pero hubo vacío en mi pecho, por ridículo que suene os juro que la presión de estómago a garganta no dejaba respirar.

Bueno hoy he estado pensando en que la veía, ella estaba de pie y yo me acercaba y le recitaba "Después de un cómo te llamas", poema que escribí hace años y ella me miraba, sonreía y me decía su nombre. Después liberaría parte de toda esa ternura en dos besos y me daría su teléfono.

Esta tarde he visto la animación de Disney nueva sobre el enamoramiento y será puramente estúpido, pero algo así tiene una proporción de pureza, de sencillez.

La vida real quizá no funcione así, yo soy el primero en protegerse con muchas defensas, en ser cauto, en tener relaciones sin trascendencia y en ligar por pura atracción física. Pero también me permito momentos donde oxigeno esta parte de mí, para que tome unas bocanadas de aire, para que beba un poco de agua y sobretodo no muera.

María, una chica valenciana solo por ser de una comunidad autónoma ya me ha recordado a Paula, ya me ha hecho pensar en coincidir con ella cuando vaya a Gandía... Ya ha abierto un prado de "Y sis" floreciendo ante mis ojos, tentándome para que me pierda en ese campo de quizases.

Quedan ya pocos días de biblioteca.

miércoles, 22 de enero de 2014

Pasivo-Agresivo

Busco un concepto puro en las relaciones, algunos ya sabréis un poco de que va eso. En una relación física busco libertad. Busco cenar algo rico, beber vino y hablar de cosas divertidas. Busco reírme y a la tercera copa de vino sentir como se me corresponde con una mirada provocativa, levantarme de la mesa y acostarme con esa chica entre risas y por que no, jadeos. En algo así no hay margen para el rencor, las dobleces no se pueden mantener ocultas y no hay espacio para las miradas extrañas y comprometedoras. Busco poder hablar todo con total libertad, la cosa se va un poco de madre o simplemente se acaba y mantener una buena relación, ser un buen amigo todavía.

Con mis amigos me gusta poder hablar de cualquier cosa. Por supuesto reírme de todo, pero también poder hablar sin sentirme juzgado. Me gusta la comprensión, el cariño y la tranquilidad, no los juicios de valor absurdos o justificados. Con esto no quiero decir que me tienen que regalar los oídos, pero las críticas deben ser afectuosas y constructivas, como no.  Una vez más no hay margen para el rencor pasado, para los: ahora te la suelto. Ni para las envidias extrañas o esos dobleces que una vez más se entreveran entre muchas frases, entre muchas miradas que acaban ladeadas.

Con una pareja debe darse todo eso a la vez, debe ser un espacio de paz, genialidad y alegría, donde quepa todo. No hace falta que me extienda, ya me entendéis.

Hay muchas cosas que no tengo claras en la vida, hay mucho que no se, pero sí que se algo que no quiero. No quiero esa mierda pasivo-agresiva que tiene mucha gente mala. No quiero reproches camuflados en bromas o puyas absurdas por rasguños del pasado. Somos suficientemente viejos para tener cicatrices, pero no quiero pagar toda mi vida cicatrices que causaron otros o por rasguños que alguien se empeñó en auto-infectar.
Quiero relaciones sanas, quiere salvar todo lo puro que encuentre a mi alrededor en este mundo horrible y resguardarlo con todas mis fuerzas de todo mal. En un proyecto tan ambicioso no cabe gente tóxica, gente mala que vive en guerra continua vengándose con sus seres queridos por un auto-atribuido derecho absurdo.
Me desprendo de gente que no vale los restos de un cenicero.